Libertador se sumó al festejo 'millonario'

Por PHILIP VELÁSQUEZ | Redactor.

El festejo consistía en la agrupación de los fanáticos hinchas de River que, una gran mayoría vió el partido, reunidos en grupos de amigos y familiares de distintos puntos de la ciudad, pero una gran cantidad lo hizo en distintas confiterías ubicadas a lo largo de la Av. Pte. Perón, en la Terminal, en paradores, copetines al paso que se dedican a la actividad gastronomíca.

Televisores, plasmas y pantallas gigantes fueron la 'vedette'. De 15 a 17, se paralizó Libertador. Dejaron de circular los remises, hubo momentos del sabado en que la ciudad parecía desierta. Los propietarios de locales gastronomicos hicieron su negocio. Fue el 'super sábado'.

Y lo mejor llegó despues, cuando el franco-argentino, David Sergio Trezeguet puso el 2-0 definitivo, allí se desató la locura.

Una multitud comenzó a aparecer por las avenidas principales de la ciudad, por Avenida Pte. Perón, luego llegando hasta Avda. Libertad, pasando por Avda. Hipólito Yrigoyen y cada vez que avanzaban hacia el centro de la ciudad era mucho mas grande la multitud, cuando llegaron hasta la plaza central se pudo ver una verdadera multitud.

Este festejo fue hecho en una caravana que la encabezaron motocicletas, bicicletas, cuatriciclos, autos, camionetas y hasta camiones, todos totalmente embanderados con los coleros rojo y blanco, con gorros alegóricos a River Plate.

Todo el festejo se concentró en plaza central, todos los que festejaban en vehículos dieron vueltas la plaza central y cuando llegó la mayor cantidad de hinchas que iban caminando, interrumpieron la circulación de los vehículos así que todos estacionaron los vehículos alrededor de la plaza y el festejo fue aun mucho mayor; la masa de hinchas dió una vuelta caminando alrededor de la plaza exhibiendo miles y miles de banderas, gorros, camisetas y todo lo alegórico a los colores del equipo millonario.

Una fiesta total. Algunos memoriosos comparaban la movida con los festejos de los titulos mundiales de Argentina en 1978 y 1986.

Los mas fanaticos dieron la vuelta a la Plaza de rodillas, mientras repetían: 'Gracias, Dios por este maravilloso día".