Copa de Leche de Libertador cumplió años

Algo calentito en la pancita; cariño, contención, clases de apoyo, búsqueda de talentos a través de la práctica del deporte y otras acciones que tienen que ver con el amor al prójimo; todo esto brinda la Copa de Leche “Los Pibes del 22”.

El día 10 de mayo cumplió 4 años de servicio pero lo festejó el 5 de junio junto con más de 130 niños y varios abuelitos. Esta Copa ofrece la merienda los días lunes; miércoles y viernes de 15.30 a 19.30 horas.

Está ubicada en la Avenida Los Seibos Manz. 426 Lote 53 del barrio homónimo.

La fiesta de cumpleaños contó con la presencia de Sergio Chorolque; Secretario General de la Juventud; quien arribó con juguetes para los niños.

Desde temprano; los pequeños disfrutaron del castillo inflable y del tradicional chocolate con facturas. También recibieron sorpresas y fueron revisados por los profesionales del área de salud de la organización: médicos y odontólogos.

Los profesores del área de deportes organizaron juegos recreativos y las peluqueras aprovecharon los intervalos para realizar cortes de cabellos; obviamente gratuitos.

Su delegado, Luis Alberto Miranda; llamado cariñosamente “Miranda”; cuenta que en la Copa, los niños están muy contenidos. Reciben clases de apoyo, servicio que prestan algunos de los 26 integrantes que son docentes.

También comenta que participaron varias veces en los campeonatos Evita y en los torneos de fútbol organizados por la Municipalidad; gracias al entrenamiento que está a cargo de Don Luciano Mejías; un integrante de 60 años de edad que sueña con encontrar talentos tales como Jesús Mendoza; un niño de 10 años de edad, jugador mediocampista y otros cuatro niños más, que participaron del campeonato interprovincial realizado en Entre Ríos.

Esta Copa funciona desde el año 2009 y por ella fueron pasando varios niños que hoy ya son adolescentes. Siempre estuvo a cargo de “Miranda”, un hombre que padece diabetes, neuropatías y cáncer de hígado pero que ama a los niños y esa dedicación que tiene, talvez sublime sus enfermedades.

Miranda cuenta que ama a los niños porque le recuerdan aspectos de su niñez. Huérfano de padre, su madre tenía que salir a trabajar y él, junto a sus hermanos pasaba muchas necesidades. “No quiero que los niños padezcan necesidades y es por eso que estoy con la Tupac; porque Milagro lucha por el bienestar de los niños y porque también enseña que hay que ganarse el pan”.

“Mi vida es un Milagro porque me salvé varias veces del cajón”, dice Miranda mientras que Mejías lo mira y expresa: “el diablo no se lo quiere llevar porque es de Boca”.